El almacenamiento local parece estar deshabilitado en tu navegador.
Para obtener la mejor experiencia en nuestro sitio, asegúrese de activar Almacenamiento local en su navegador.

Cazados y condenados

El equipo orgonita se mete en problemas

Iba a ser otra expedición de Orgonise Africa, como tantas otras... sólo que más grande y mejor.

El Gran Zambezi, expedición de orgonita número 2.

En el año 2007, gifteé el Zambezi a lo largo de la frontera entre Zambia y Zimbabue, unos 600 kilómetros. Ahora deseábamos continuar este gran río africano más allá, hasta llegar al mar pasando por Mozambique, incluso conectando con el delta hasta Vilankulos, donde mis actividades precias de gifteo acuático habían llegado hasta la fecha.

La expedición previa produjo excelentes resultados, las precipitaciones aumentaron significativamente en la parte Sur de Zambia y al Norte de Zimbabue. Junto con el reciente gifteo del lago Malawi, esperábamos conseguir un verdadero adelanto con esta expedición. El gifteo acuático a gran escala tiene el potencial de liberar energéticamente regiones enteras, y cuando digo "regiones" me refiero a zonas tan grandes como el Sur de África, no unas cuantas provincias de un país europeo. Estoy hablando de repartir miles de tumbatorres, a lo largo de miles de kilómetros de vías de agua. Los efectos visibles inmediatos no son tan impresionantes como el gifteo masivo de emisores de fuerza mortal (las mal llamadas antenas de telefonía móvil o instalaciones de radar). Sin embargo, el efecto es profundo y duradero. El agua es el ingrediente principal de la vida, un portador de información. Se le ha prestado más atención desde la investigación de comunidad científica alternativa mundial a la capacidad que tiene el agua de almacenar información emocional (léanse las investigaciones del Dr. Masaru Emoto o el reciente DVD: Water – the Great Mystery, disponible en www.waterthemovie.co.za).

El rió Zambezi es uno de los grandes de África, el tercero más importante después del Nilo y el Congo. La región del Zambezi en Mozambique ha sido testigo de las guerras más atroces durante una década de largas disputas por la guerra civil y el consiguiente sufrimiento y trauma. ¿Qué podría ser más apropiado que giftear para elevar la energía de este país? La ruta planeada por barco era: Cahora Bassa, navegando por el Zambezi y hasta la costa de Vilanculos. El pentagrama satánico sobre Zimbabue. Unos cuantos meses antes de nuestro viaje, Francie, uno de los psíquicos que normalmente participa en el chat de www.etheicwarriors.com, identificó el citado pentagrama satánico como una figura establecida por un ritual de magia negra para mantener Zimbabue energéticamente deprimido. Dos de las terminaciones de este pentagrama, ligeramente distorsionado, estaban al alcance de nuestra expedición y nos sentíamos felices de incluirlos en nuestra lista de objetivos. Uno cerca del pequeño asentamiento de Mecossa, de camino desde el Parque Nacional Gorongosa a Tete, el otro cerca de la confluencia del Luangwa con el Zambezi; en el condado occidental del Lago Cahora Bassa.

Preparándonos
Los preparativos para este viaje fueron concienzudos y costosos. Adquirí una nueva barca con dos motores en muy buena condición y un montón de equipamiento para safaris. Tenía tanques de combustible diseñados a propósito para poder almacenar la cantidad máxima de combustible para los largos viajes que tendríamos que realizar entre los puntos de repostaje. El más largo del que me di cuenta era desde Marromeu por el Zambezi hasta Beira; unos 340 kilómetros aproximadamente. Existían muchas inseguridades que contemplar y no mucha información disponible. Esto no es zona turística...

Obstáculos creciendo
Llegar allí fue duro. Las indescriptibles malas carreteras de Mozambique estaban haciendo trizas el trailer porta barcos, perdimos una rueda después de pasar Vilanculos lo que  nos retrasó durante muchas horas, volviendo al punto de partida para conseguir nuevos cojinetes. Por suerte, el eje no sufrió ningún daño. Esto nos pasó más veces antes de llegar a la presa de Cahora Bassa. Llegamos a la presa después de 5 días de viaje, orgullosos de los obstáculos superados hasta entonces, pero conscientes de que había una notoria resistencia al éxito de nuestro viaje. ¿Acaso era esta resistencia etérica o magia negra una advertencia en mi preparación? Después de un día preparando el barco lo probamos, todo bien. Estábamos bastante contentos con su desempeño, por lo tanto nos preparamos para el gran día del gran viaje a Zumbo, hasta el final del lago y de vuelta. Yendo allá y acá hasta Songo, para conseguir más gasolina, empaquetando objetos de acampada y orgonita con el barco lleno el resto del día. Nos sentíamos preparados y pusimos el despertador bien temprano para la mañana siguiente para empezar a movernos con los primeros rayos de Sol. El barco estaba en el agua a las 6am, pero nos dimos cuenta de que iba totalmente sobrecargado y de que con ese peso no podríamos ir rápido (en vez de ir a 40 kilómetros por hora iríamos a 10-12 con ese peso). Tuvimos que tomar una decisión rápidamente. La solución, no fácil pero necesaria fue sólo Tino y yo haríamos finalmente el viaje, que los otros se quedasen en la acampada. También reducimos el equipamiento de acampada y el suministro de comida. Finalmente, Tino y yo nos pusimos en marcha de buen humor... el tiempo era estupendo, sin viento, con el agua en calma.

Cuando llegamos a aguas abiertas a unos 40 kilómetros uno de los motores empezó a comportarse de manera extraña, perdiendo potencia. Paramos a examinarlo, nos llevó horas quitarle el carburador, limpiarlo y reensamblarlo otra vez, pero no mejoró mucho la cosa. De hecho, el motor no arrancó otra vez. Finalmente, volvimos con un solo motor a una velocidad de 10 kilómetros por hora. Nuestros compañeros nos miraron con ojos de decepción al vernos regresar sin haber hecho gran cosa. Por lo menos habíamos tirado una franja de tumbatorres a lo largo de los 40 kilómetros que avanzamos, dejando caer uno al río cada kilómetro aproximadamente. El día siguiente lo pasamos desmontando el fatídico motor con la ayuda de Gary y Steven, dos personas amistosas que se encontraban trabajando cerca. Acabamos el día con la impresión de que algo iba mal con las bobinas de ignición.


Forzándolo: el fatídico viaje sobre el Ferry Pontón
Supongo que este debería haber sido el momento en el que debiéramos volver a casa, después de tantos signos de advertencia y obstáculos; demasiados para ignorarlos. Pero no aceptaría la derrota, porque no sólo significaría romper la expedición sino también perder mucho tiempo y dinero invertido. ¿Cuándo podría repetir esto y llegar así de lejos? ¿Cuándo podría reunir otra vez un equipo de cuatro personas? Ya que habíamos solucionado los obstáculos previos bastante bien, estaba dispuesto a arriesgarme.

Lago Cahora Bassa – La distancia desde la muralla del dique en Songo hasta Zumbo es de unos 240km.



gifting de orgonita: la presa de cahora bassa
La muralla de la presa de Cahora Bassa – un monumento nacional

Nos sentíamos bastante deprimidos por los problemas con el barco (¿acaso fuimos saboteados?), escuchamos que un ferry pontón semanal iba a hacer el viaje desde Zumbo, asi que decidimos usarlo para giftear el lago. El plan surgió y Carlos, Tino y Prophet irían en el ferry, mientras yo iría detrás con el barco para arreglarlo mientras tanto. Si pudiera arreglar el barco, podríamos salvar el objetivo de giftear el lago de Cahora Bassa y cumplir la mayor parte de la misión original. El ferry era un artilugio patético, básicamente una plataforma rudimentaria encima de unos cuantos barriles de petróleo juntos con un tejadillo de hierro ondulado encima. Empujado por un motor diesel antiguo usado para bombear agua, con una velocidad punta de unos 10-11 kilómetros hora. El viaje a Zumbo por ferry llevaría unos tres días, y otros tres más si mis amigos no encontraban una forma alternativa de volver.



gifteo de orgonitas: el ferry de cahora bassa

 

Así, por la mañana se fueron en el ferry (el miércoles 15 de abril). Yo me puse con el motor del barco inmediatamente. Luis, el mecánico residente de la casa de pescadores donde nos quedamos ya había desmontado el motor y descubrimos que los pistones se habían quemado y los anillos de los mismos se habían fundido. ¿Cómo había pasado eso en un motor nuevo? El otro motor se alimentaba del mismo suministro de combustible a través de un filtro de agua y nos había traído de vuelta de forma segura, asi que no podríamos haber evitado poner un aceite de dos tiempos en uno de los tanques de combustible. Eso habría estropeado los dos motores. No puedo excluir la posibilidad de sabotaje. Encontrar repuestos fue una pesadilla, esos motores eran nuevos y los vendedores no tenían stock de pistones sueltos, ya que nadie esperaría que pasara nada con ellos. Luis, un mecánico experimentado, resultó ser un buen tipo y tenía un amigo que trabajaba soldando aluminio. Así, intentamos llenar los agujeros en los pistones con material de soldadura y después darles la forma adecuada. No fue 100% exitoso pero parecía prometedor. Mientras tanto, habíamos hecho dos nuevos amigos, Neil y Caroline, que llevaban una plataforma pesquera con una cámara de refrigeración en el lago Cahora Bassa. Me ofrecieron prestarme un motor para el resto del viaje, lo llevamos a la casa para ponerlo en en mi barco al día siguiente. Me di cuenta de que unos soldados estaban por el parking allí. Sin inmutarme, decidí invitar a Neil, Caroline y Gary a cenar en Songo, para darles las gracias por su generosa ayuda. Volvimos a la casa de pescadores a arreglarnos un poco para la noche. De camino a Songo, fuimos parados por un grupo de soldados y policías. Gesticulaban como locos mientras movían sus rifles AK47 de forma amenazadora gritando: "¡Volved a la casa, volved a la casa! Pronto quedó claro que estaban interesados en mi y no en mis compañeros. Yo sabía que esto estaba relacionado con nuestra misión de gifteo de alguna forma, pero intenté mantener la calma y la compostura.

¡Maldición!
Los soldados y los policías nos siguieron a la casa, donde aparcamos el coche y fuimos al restaurante/bar. Nos pidieron esperar hasta nuevas instrucciones. Mis nuevos amigos preguntaron si yo había hecho algo y me puse a explicarles lo que estábamos haciendo con las orgonitas (fui discreto con la misión anteriormente) y que habíamos tenido problemas similares en Zimbabue. Nick, el jefe de la casa de pescadores Ugezi Tiger había visto la orgonita antes y sabía que era inofensiva. La policía se comunicó con Nick a través de uno de sus empleados en portugués y le dijo que no podía mover el coche o dejar la casa. El jefe de policía llegaría al día siguiente para hablar conmigo. Al día siguiente, unas siete personas de aspecto importante llegaron en un convoy de vehículos. Entre ellos estaba el "Comandante Jorge", el comandante de policía de la zona de Cahora Bassa, y dos tipos más que se presentaron como pertenecientes a la "contrainteligencia". Sabía que estaba en problemas. Me dijeron que habían visto a mis amigos tirando cosas al lago desde el ferry y me preguntó si podía explicar algo de eso. Procedí a mostrarles unos cuantos tumbatorres explicándoles que hacían y porqué los habíamos tirado al lago. Después de examinarlos, se comportaron un poco más amistosos, pero no tanto para confiar en ellos. Al final se marcharon diciendo que debía informarles de cuando mis amigos volvieran de su viaje en el ferry, querían hablar con ellos también. Esta bien mencionar que compré una botella de vino y pagué unas cuantas bebidas para los oficiales en un intento de congraciarme y deshacer la amenazadora atmósfera. Después quedó claro de que esto había sido orquestado desde mucho más arriba, nunca hubo una manera de librarnos de esto. Esto se había hecho para castigarnos y asustarnos, el comandante Jorge y sus hombres eran sólo unos peones en el juego.

¡Cazados!
Cuando Tino, Prophet y Carlos volvieron de su dura hazaña, exhaustos, cansados y sucios, apenas tuvieron tiempo de cambiarse la ropa o tomar una ducha, sentarse y relajarse cuando un convoy entero de policías militares llegaron a la casa. Obviamente, los habían seguido de camino. Después de una breve y civilizada charla, fuimos invitados cortésmente a pagar nuestras deudas en la casa, tomar nuestro coche y seguirlos hasta la comisaría de policía. Los bultos fueron revisados por la policía militar armada. En comisaría nos pasaron a la oficina del comandante para interrogarnos. Todo esto fue aún educadamente y basado en nuestra cooperación voluntaria. Ninguna garantía de arresto se había producido. Repetimos nuestra verdadera explicación del propósito de nuestro viaje y la naturaleza de la orgonita. También les pedí que chequearan mi página web en www.orgoniseafrica.com para confirmar que esta actividad se hacía públicamente y les conté también sobre mi libro "Operation Paradise". No sentí que estuvieran muy interesados... de alguna forma sus mentes ya estaban fijas de alguna forma, al terminar el interrogatorio nos llevaron a la prisión, un garaje reconvertido. De manera significativa, el comandante Jorge advirtió al oficial que nos acompañó de "no golpearnos ni torturarnos". Supongo que tiene que mencionarlo para que esas cosas no ocurran. La escena final, con tenue luz resultó rara como poco. El espacio abierto del garaje estaba lleno de prisioneros alrededor de una fogata para cocinar, todos con sus ojos puestos fijamente en nosotros. Estábamos preocupados, claro, temiendo lo que nos esperaba...

Continúa aquí...

 

 

Filter
Fijar Dirección Descendente

4 artículos

por página
Ver como Parrilla Lista
  1. Rompenubes de 28mm Vista rápida
  2. 3 reforzadores de colmenas.
    28,00 US$
    Vista rápida
  3. Pirámide con Lapislázuli y Oro Vista rápida
  4. Orgonita Tumbatorres con Lapislázuli Vista rápida
Filter
Fijar Dirección Descendente

4 artículos

por página
Ver como Parrilla Lista